(«Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley») con Santiago 2:24 («Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe»). Sin embargo, al estudiar los distintos significados de la palabra δικαιόω (dikaióô), se ve una distinción importante: Pablo usa el término en un sentido legal, forense, comunicando la idea de un veredicto divino que declara a alguien libre de culpa, mientras Santiago lo utiliza en el sentido de su uso cotidiano,
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